Tuesday, January 29, 2008

Yo también escribo lo que siento. Ya que todos andan desahogándose.
Andamos tristes la mayor parte del tiempo. Quizá 1,300,045,678,900 veces nos deprimimos en la vida. Somos seres deprimibles. A menudo andaremos a tientas, tratando de alegrar el rato. Otro tanto, andaremos burlándonos de nosotros mismos. Otro tanto más, burlándonos de quien se pueda y quien se deje. La verdad es que gozamos cuando a alguien le va peor que a uno. Es mejor saber que la desdicha misma, es más desdichada en otro. Y es nuestro único consuelo absurdo: que otro esté más jodido que la propia vida.
Y es verdad, aunque lo neguemos. Es verdad que andamos viendo quién nos hace el día. Quién nos podrá salvar un rato más, ya que no hay otra cosa nueva que hacer, mas que sobrevivir.
Si no llegamos tarde al trabajo, o el jefe nos maldice, o el tráfico enloquece, y el mesero no llega, y se nos cae la billetera vacía, y la elasticidad ha disminuido, y el café se enfría, y los boletos del cine se agotaron en nuestro único y miserable tiempo libre, y no podemos sino llorar, llorar otro rato. A escondidas, en silencio, que nadie se de cuenta. Apariencias finas, siempre llenas de exageración. Tratando de reir falsamente aunque sea un poco. Antes de volvernos locos, locos de tristeza.
Y llegamos al clímax de la decepción. No sabemos por qué, pero siempre andamos tristes. Nacimos llorando, seguimos haciéndolo. Aunque las lágrimas no avisen, somos tristes. Aunque no haya berrinches, somos tristes. Aunque el día no sea gris, ni la melodía del radio sea melancólica, seguimos vacíos durante todo el día. Pepenamos lo más que se pueda, un rato de ocio. Un amigo nuevo o viejo, que sepa contar chistes. Una película nueva que nos de esperanzas en el amor. Un libro que diga que la vida es bella y feliz, y no todo lo contrario. Por lo menos encontrar un correo nuevo de un ser que se apiade de mandarnos saludos, besos, abrazos.
Un apretón de manos más largo de lo normal. Un día, un pinche día en que nadie sepa lo que es estar sombríamente triste.
La muerte, el desempleo, el fracaso, la enfermedad, el desamor, la desigualdad, la injusticia. Tantas razones para que todos y cada uno de nosotros podamos abrazar los brazos de la melancolía y la agonía. Es tan sencillo. Tú también lo estás. Acéptalo. Y aunque lo neguemos una y otra vez, la sensación hueca que deja esta emoción, nos mata día a día, aunque sea un poco. Tristeza, es el título de mi vida, de esta historia. Y aunque no haya dicho mi nombre al principio, soy Lorena (arquictecta) de 24 años de edad, la persona que probablemente los puso tristes. Menos mal que ya somos más.

5 comments:

Anonymous said...

aun hay locos que nos evitan perder el corazon,
aun hay canciones que recuerdan
nuestros sueños,
la mente se rinde
el corazon no...
el mundo es profano bello y misterioso
como entristecerse con las estrellas o ante un ocaso de sol.
la triztesa es pasajera
pero la lucha es eterna;
la lucha de mirarnos a los ojos
y comprender lo que buscamos
la lucha de ser naufrago y mar

eterno... un senda de plumas negras

Anonymous said...

resucita alma

Anonymous said...

que es eterno, que dura para siempre?...nada
podemos morir en trizteza o podemos sorber el trago agridulce de lo efimero
podemos saciarnos en un pequeño isntante del ultimo beso y hacerlo magico
y eterno en nuestros labios
que se vanaglorien de lo eterno
que en mi senda efimera
ves el destello de unos ojos
y el aniz de de un rsotro
y veo florecer
la esencia de un supiro
y de corajo armado mi corazon
vivo lo que queda de vida
para evitar que se marchite
hay hombres que se rinden, hay hombres que prefiern descansar
hay otros que se conforman pero un soñador jamas se rinde, jams se cansa, porque si lo hace su chispa adecuada muere con el
hagamos un trato al libre albedrio
yo te doy el placer y el dolor
y tu intentras hacerlos Divino

Anonymous said...

Alu!
Yo creo que no... creo que mas que deprimibles somos seres que usamos mucho los colores negro y blanco en todas sus escalas de grises, pero escribirte, leerte, verte, oirte, son cosas que pintan de muchos colores la monotonia gris de mis tardes depresivas...
Te extraño... de verdad... y aun te amo.
Lalo

Anonymous said...
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