Thursday, December 28, 2006

SUFICIENTE

Después de andar por ahí vagando, me he dado cuenta que este año que va a empezar lo voy a dedicar a mí. El que está terminando me ayudó a demostrarme a mí misma, que con esfuerzo todo se puede lograr. Recuperé la seguridad en áreas en las que me sentía muy débil. También pude consolidar mi vida profesional. He avanzado en la disciplina, pero sé que el próximo año debo de disciplinarme aún más, pues los retos que me esperan son grandes. Me encantan los retos.
Este año dediqué mi atención a una relación amorosa, eso terminó. Y también acabé con otras emociones que no me hacían bien.
Estoy fastidiada de pensar en mí y también en los demás. Cada quien es responsable de su vida, yo me haré responsable de la mía.
No quiero perder el tiempo, y si lo pierdo que sea de provecho. Aprendí duras lecciones este año, no las olvidaré ni las dejaré en el año 2006. Las llevaré conmigo por el resto de mis días.
Me prometo seguir aprendiendo algo nuevo cada día que pasa. Amaré aún más mis sagrados libros, mi lectura diaria, mi profesión, mi estimada vocación.
Me rodearé de amistades selectas, que afortunadamente pude encontrar en el último semestre de este año. Los regaré a diario cuales flores, porque valen muchísimo para mi.
No me olvidaré de aquellos que han estado conmigo siempre, tampoco olvidaré a los que me han hecho daño, algún día tendré la valentía de verlos cara a cara sin resentimientos.
Seguiré conociendo a muchas personas, no me olvidaré de sus nombres, aunque no se conviertan en mis amigos o yo en su amiga, se merecen mi respeto.
Suficiente, es hora de que yo tome con más energía mis metas, y asegure lo que tanto me costó trabajo lograr este año. No voy a dejar por nada del mundo mis sueños, porque he visto que se han ido logrando uno por uno con satisfacción.
¿Y el amor? el amor siempre está ahí, las oportunidades de consolidarse en las satisfacciones personales, no es una cosa que se de todos los días. No más al enamoramiento empedernido.

Thursday, December 14, 2006

PALABRAS DE UN ENAMORADO.

Me he enamorado, y ella de mí. Ha puesto su mejilla en la mía. Me ha mirado el rostro con ternura. Ha tomado mis manos y las ha acercado a sus labios.
Me ha pedido un hijo. Jamás me habían comentado, ni de broma, algo así.
Me explicó la creación. Yo le entendí. Me tomó de la mano y me enseñó sus rincones más desiertos. Me mostró sus mares, sus ríos, sus orgasmos.
Ambos hicimos nuestro espacio, nuestro propio hogar. Y cuando estábamos dormidos, en ocasiones despertaba para besarle todo el cuerpo.
Respiré su olor, jugué con su piel y ella se reía. Su risa relajada, su rostro feliz. Estábamos en la cama desnudos, mis labios platicaban con su clítoris, mi lengua viajaba hasta sus senos.
Le gustaba conversar de la vida, yo mientras le acariciaba la espalda. No faltaban los "te amo" entre cada frase.
Mientras caminaba desnuda por el cuarto, yo podía imaginarme con ella en tantos lugares. Ella es mi lienzo, yo puedo pintar cualquier paisaje. Ella es arte, es pasión, es entrega.
Yo la amo no solamente por su cuerpo, la amo porque me encanta escucharla, porque sus palabras son inteligentes, porque es sensible al dolor humano. Porque me sorprende cada día que pasa, y hace todo lo posible por hacer de mis días, los más eternos y memorables que haya tenido.
Yo la amo, y ella me ama también con la misma locura. Qué más podría pedir, que me lleve la muerte, no importa.
Desde el día en que la sentí, supe que mi vida y mi muerte serían satisfechas.

Friday, December 08, 2006



MOTIVOS.

Motivos para amar, para luchar, para pasar la noche en vela.
Motivos para sentirse querido, para sacrificarse, para dejar de ser.
Motivos para llegar, para lograr, para no dejarse vencer.
Cuánta veces uno busca motivos. ¿Por qué hacemos algo? ¿Con qué fin?
Qué se necesita, qué desea nuestro interior, qué pasión habita en nuestra alma.
Motivos, yo los llamo, motivos.
Porque ellos me impulsan y le dan sentido a mi existencia.
Porque probablemente cuando no los encuentro en mis acciones, me dejo llevar por la inercia.
Porque cuántas veces entre mi desesperación los busco con esperanza.
Motivos que me llevan hacia lugares absurdos e inóspitos.
Motivos que pueden llegar a ser tan coherentes, que terminen por desmotivarme.
Los tengo guardados dentro de mí en todas las áreas de mi vida.
Pero me falta encontrarlos en la única área que debería realmente importarme...
Motivos para estar enamorado. Motivos para amarte.

Monday, December 04, 2006


DECEPCIÓN.

Cuando me siento así, mis dedos no quieren escribir.
Mis oídos no quieren escuchar. Mis labios permanecen cerrados.
Cuando me siento así, mi alma llora por dentro.
Mis ojos se hacen cristalinos, mi nombre ya no existe.
Mi piel se hace azul. Mis labios se ven blancos. Y tengo tanto frío.
Me duele cada paso que doy. Me duelen mis sueños.
Esta sensación es fulminante. Como una puñalada que cae de sorpresa.
El cuchillo gira en mis entrañas. Mi lengua sabe a hierro.
Mi cuerpo sangra su tristeza. Sangra su decepción.

Saturday, December 02, 2006

QUÉ TRISTE ES LA TRISTEZA.

Hay dentro de este sentimiento de amor y felicidad, una tristeza. Muy triste está.
Dentro de esta tristeza, mi corazón muere. Siento además que mis días se secan.
No me salen lágrimas. No sale mi tristeza. Puedo permanecer inmóvil por mucho tiempo.
Pequeños actos, me sacan una sonrisa. Me preparo un café y siento que vuelvo a la vida.
Pero el café con su melancolía, me envuelve de nuevo en el humo de mi soledad.
Paso en la tina del baño, horas. Fermentando mi piel en el agua, disolviendo mi tristeza.
No sé si existan letras más tristes. Alguien ya había escrito de estos pequeños sentimientos.
Debería sacarle provecho a mi enamoramiento, a mi ilusión por la vida. Me cuesta hacerlo.
Permanezco con los ojos abiertos. Si cierro los ojos, pienso en la causa de mi agonía.
He soñado varias veces en mi muerte. Caigo de un precipicio y sangra todo mi cuerpo.
Luego he soñado en que persigo mariposas, y logro atraparlas para comérmelas.
Después mis sueños me llevaron a un lugar completamente oscuro e iluminado por velas.
Ahí en la oscuridad, pude ver a un hombre. Me miraba al desnudo. Y desperté.
Estos sueños lo único que logran es que mis nervios se alteren más de lo que están.
En la mañana me trajeron a mi sobrino. Se lanzó a mis brazos, y me lo llevé a meditar al cerro.
Pude meditar poco. Solamente quería verlo correr y hacer sus travesuras.
Se acercó a mí, y con a penas año y medio de vida, identificó mi tristeza. Me abrazó muy fuerte. Y así nos quedamos por mucho rato, hasta que el viento nos hizo dormir.

Friday, December 01, 2006


Irremediablemente

Cómo le haces para impresionarme.
Trato de entender por qué te clavas en mi pensamiento.
Qué es lo que tienes que me fascina de ti.
Por qué me tienes en tus manos.
En qué momento te topaste conmigo y no dejas de verme.
Cómo, dime cómo puedo respirar tu nombre.
Eres la dosis que necesita mi amanecer.
Siento la sangre lentamente llegando a la aurícula.
Y late. Late a tu ritmo, late rápidamente, se apresura.
Una nada son tus pasos. Un delirio perdido en mis recuerdos.
Aún así, puedo pasar minutos, qué minutos pensando en ti.
No existe el tiempo, todo me da vueltas.
Qué tienes que me provocas.
Dime, de verdad, qué hechizo tiene tu mirada.
A rastras te quiero. Casi que imploro a mi alma dejar de sentir.
No, no quiero amarte.
Pero entre más lo digo, menos me convenzo.
Quiero arrancarme el corazón.
Trato de calmar mi respiración. Me tiro al suelo, me detesto.
Cierra mis ojos… quiero matarte o morir.

Tuesday, November 28, 2006


¿DESEA CAFÉ?

Memorias personales... 4 de octubre de 2006.

Mi mente está en otro lado… flota.

Se perfora pensando.

Desnuda mis nervios.

Me hace perder.

Tengo frío.

Se me va el apetito.

¿Café?

Si por favor. Gracias…

¿Qué hago?

Camino hacia mi casa.

El día soleado, viento fresco. Qué mejor sonrisa del tiempo.

Sin embargo, abro la puerta.

Nada, nadie. Sin un saludo. La comida sin hacer.

Me siento en el sillón.

Pienso en uno, dos, tres… más de diez pendientes.

Se me enfría el café de tanto pensar.

Mis ojos se cierran, tengo frío.

Mi mente me comprende.

Me hace dormir, me deja descansar.

Dormir, dormir un par de horas.

Cuántos días de estos podré seguir pasando…

Sunday, November 26, 2006


Tenue...

Estoy rendido. Mis ojos pesan los días de novimebre.
Los más melancólicos del año.
Para mí ella fue todo.
Me enamoré de ella en julio de 2003. Pero no la conocí realmente.
Calladamente guardó, y guardará para siempre todos sus secretos.
Si tú te enamoras de ella, disfruta los días como únicos.
No sabes cuándo ella dirá adiós.
Ayer me lo dijo. Estábamos caminando en la noche helada.
A palabras tenues, a pasos lentos, me dijo que ya no me amaba.
Quizá nunca lo hizo. Y recalcó mucho en ello.
Cuando estábamos juntos, yo sabía que me estaba haciendo un favor.
Suena quizá torpe de mi parte decirlo,
no es por falta de autoestima, sino porque soy realista.
Ella me dio más de lo que merecía.
Miró con mucha paciencia mis necedades.
Me introdujo a un mundo que jamás pensé que conocería.
Motivación nunca me faltó de su parte.
A veces bastaba con mirarla para sentirme completo.
Tenerla entre mis brazos, respirar la flor de su piel.
Su juventud mía, ella fue mía alguna vez. O eso creí.
Ella sabe darse con medida, le asustó mi amor, eso lo sé.
No le gustan los excesos. Detesta la apatía.
Por qué no hice nada por cambiar.
Si tanto la amo, nada me costaba comprender sus peticiones.
Nunca me gritó, ni me exigió vanalidades.
Siempre se guardó en voz tenue sus reclamos.
Y hoy, con esa candidez que la caracteriza,
sin miedo, sin temor, sin titubear; me dio el último beso.
Nada me debe. Nada. Hizo todo lo que una mujer podía hacer.
Con cautela me dio su cariño. Sin medida me ayudó en mis momentos.
Fue un ser humano, mi mejor amiga, mi verdadero amor.
Sus consejos nunca los olvidaré,
y ahora más que nunca le haré caso.
Lentamente se fue, por su camino.
Yo me congelé en la noche. Esperé a que su silueta se disolviera.
Por más que le insistí, no quiso escucharme. Ya lo había hecho demasiado.
Tenue, tenue se fue la noche, y amaneció mi día sin ella.

Wednesday, November 22, 2006


Te amaré.

Ahí tú, donde quiera que estés. Te amaré.
Aquí estoy sin dudas ni prejuicios,
abandonada a tu amor.
Tú, que me escuchas cerca o lejos,
me he cansado de esperarte.
Yo aquí estoy, tú donde estás.
No pido más rostros bellos,
no pido más cuerpos de escultura,
no pido tampoco excesos,
ni intrepidez, ni conformismo.

Me he cansado de la superficialidad.
Alguien sin ambiciones, me aburre.
Alguien de ambiciones, me deja a un lado.
Cuando son sensibles, no entienden mis tiempos.
Cuando son insensibles, no entienden de expresiones.
Y si son artísticos, se elevan tanto que no los alcanzo.
Y si son tan exactos, como las matemáticas,
mis palabras son rocío nadamás.

Detesto las explicaciones largas,
no le encuentro sentido a la infidelidad,
y desconfío del amor sin medida.
Me gusta la honestidad, y me gusta pensar en todo, y por todos.
Antes que tu estabilidad, está la mía. Espero lo entiendas.
Y antes que yo, estás tú, nunca lo olvides.

Pero ahí, donde tú estas sentado,
observando mis desvaríos, mis defectos, mis necedades;
también yo aquí observo las tuyas,
y no te juzgo por ello.
Porque estas creciendo, como todos nosotros los humanos.
Pero tu crecimiento tiene que ir casi de la mano al mío,
nuestras necesidades se tienen que complementar,
porque si no, la balanza de nuestra relación no estará en equilibrio.

Mírame. No soy la mujer que te hará dramas.
No te pediré la hora de llegada,
tampoco estaré tras las cortinas.
No tendré palabras entre dientes,
ni comentarios a tus espaldas.

Seré hogareña justo en el momento en que te enfermes de gripa,
y necesites de apapachos y comida casera.
Tampoco esperes que esto sea todos los días,
mis artes culinarias son de vez en cuando,
ya sabes… no me sobra el tiempo.

Te acompañaré a donde quieras, si me acompañas tú también.
Te apoyaré en tus proyectos locos,
y sabré no hablarte en las juntas o asuntos de trabajo.

No exigiré nada de lo que yo no tenga,
y entenderé tus razones aunque me cueste.
Viviremos la vida, seremos felices.
Habrá de vez en cuando roces,
pero sabes que detesto subir la voz.
No es necesario desgarrarnos mutuamente ni ofendernos,
para qué… en ese tiempo podríamos besarnos,
o leer un libro juntos.

Me encantan las aventuras extremas ya lo sabes.
A fuerzas me acompañarás a escalar,
y te subirás las veces que yo quiera a la montaña rusa.
Pero no me pidas que me embriague o fume,
porque simplemente no soy así.

Y sobre todas las cosas, cuando te hayas cansado de mí,
dímelo a tiempo, para recapitular nuestra relación y hacer algo por ella.
Dame la oportunidade de mejorar,
yo lo haría por tí.
Jamás te vayas de mí sin explicaciones,
y cuando ya no me ames, dímelo.
No importa cuanto me duela,
no te puedo obligar a nada, ni tú a mi.

Ahí tú, donde quiera que estés.
TE AMARÉ.

Sunday, November 19, 2006


PARALELO

Cierra los ojos,
dejame respirarte.
Junta tu mano a la mía,
haz contacto con mis emociones.

Dices que entrarás a mi alma,
eso está por verse.
Desnúdame por las noches,
dime a qué saben mis labios.

Ya no habrá nada que ocultar,
por debajo de la ropa estoy yo.
Capa a capa atravesarás mis niveles.
Huesos, tejidos y un corazón.

Cuando ya me hayas rasgado las venas,
no haya quedado nada de mí.
Aun seguirás buscando,
buscando entre las células mi esencia.

No.
No me conocerás.
Aunque llores, aunque me ruegues.
No.
No me tendrás.

Ya no quedará nada de mí,
estaré en el polvo de la tumba,
no podrás ni si quiera contemplar mi alma.
Mirarás hacia la nada tus preguntas sin respuesta.

Cómo fue, dirás.
Quién era, te preguntarás.
Mis ropas estarán en tu nariz,
recordarás las noches como únicas.

Abrazarás la almohada,
te reirás de tí mismo.
Soñaras el 99.9 % en mí,
desnuda, en el agua, en el fuego, en tu cuerpo.

Entonces recordarás,
que te lo advertí.
Y no volverás a pensar de nuevo,
en enamorarte de mí.

Ahora que te lo he advertido,
nada de esto pasará.
O quizá encuentres la llave,
y abras mi caja fuerte.

Yo entonces me reiré de mi,
te extrañaré por siempre,
contemplaré el vacío...
que dejó tu huella.



Wednesday, November 15, 2006

CASI ANDARIEGO

Déjame un subterráneo, un laberinto donde acudir después, cuando sin ojos, sin tacto, en el vacío quiera volver a ser o piedra muda o mano de la sombra. Yo sé, no puedes tú, nadie, ni nada, otorgarme este sitio, este camino, pero, que haré de mis pobres pasiones si no sirvieron en la superficie de la vida evidente y si no busco, yo, sobrevivir,sino sobremorir, participar de una estación metálica y dormida de orígenes ardientes.

(Pablo Neruda)

Me tiré al vacío de mis propias raíces,
recuperé el aliento después de morir,
supe que era el dolor y el hastío,
necesité mil veces de un socorro y auxilio.

Me tropecé tantas veces como pude,
salí a la deriva y me tope con todos,
tristemente devolví mis tesoros,
infinitamente añoré el exilio.

Me quise retirar de este mundo,
quizá viajé por otros tiempos,
volví al recuerdo de mi casa oscura,
en paredes maternales cerré mis ojos un momento.

Me di cuenta finalmente,
que no necesitaba mucho ni poco.
Quizá un suspiro hubiera curado todo,
probablemente necesité enamorarme más veces.

Me dejé probar por las lecciones duras,
aprendí de todo, y de lo que no existe.
Derrumbé batallas, conquisté mis metas;
y aun así continué casi muerta.

Me tiré al vacío de mis propias raíces,
recuperé el aliento, la fuerza y el rigor,
pero no pude jamás enamorarme,
y me voy tan triste, con mi corazón.

Alu Pineda

Sunday, November 12, 2006

Sí, lo sé. Ya no me digas estoy súper ojerosa, demacrada, despeinada, con la adrenalina a todo lo que da, y el estrés en su máxima potencia.
Sí, de hecho, o sea estos días han sido de andar durmiendo menos de cuatro horas diarias, tomar café a lo estúpido, estar en silencio por mas de 6 horas seguidas en la biblioteca, y claro...mal comer.
Pero... todo va bien. Sé que no he posteado como debería de ser, pero tú sabes que te he extraño, amigo lector.
Ya sabes, ando a las carreras, y a duras penas veo a mis papás, llego de la escuela bien tarde, y añoro mi almohada como nunca.
Pero porfis porfis, deséame lo mejor para que termine este semestre con todo el éxito posible. ¿Si?
Mil gracias, y espero que tú también estés súper bien. Ahh, y pues las nuevas de mi vida: conocí a un compañero de la universidad, con más profundidaaa. Resulta que necesitaba estudiar con alguien, porque si no, me quedo dormida mal plan, y luego despierto bien norteada dos horas después, entonces pues estando con alguien ya puedo sentirme en compañía, apoyo, y claro, el típico zape de: despiertate wey!
Entonces mi amiguis, que antes no era mi amiguis, pero ahora sí... se llama Jesús. Súper buena onda, nos llevamos poca madre, y la verdad es que me cae muy bien. Es súper chistoso, lo cual es bueno porque cuando ya estoy llegando a mi nivel de estrés máximo, él me hace reir, y pues ya me calmo.
También me ha salvado la vida porque, me cuida. Entonces me acompaña al estacionamiento de la escuela, cuando ya está bien oscuro. Cuero mi amiguis.
También es chido, porque sabe disculparse cuando me hace esperarlo mil horas en el restaurante, o cuando me fastidia con sus malos chistes, o cuando me dice ornitorrinco, porque le encanta poner apodos.
Hemos compenetrado nuestra amistad de una manera increíble. Ambos compatimos horas y horas de estudio, charlas variadas, chistoretes, ambiciones y planes a futuro.
Es buen tipo, es buen amigo, es buen compañero y es muy inteligente y aplicado.
Es justo lo que necesitaba, un tipo cursi barato, jajaja, que fuera de confianza, que tuviera el mejor carisma de la escuela, y la pose de tipo wannabe que se cree super sexy y atractivo, y claro un ser humano en calidad, lo que se dice calidad.
Chucho... el amigo de la semana. Luego te lo presentaré amigo lector. Luego.
Besos a ustedes lectores adorados.
Nos vemos pronto. =)

Thursday, November 02, 2006

NOVELA: MEMORIAS PARA BORRAR Y RECICLAR (Fragmento)

Capítulo XV “Soy bueno para señalar, mientras nadie vea lo que soy”

Llevo dos culpas, dos muertes, dos tormentos. Soy el responsable de dos almas angelicales. Yo fui quien le dijo a mi nuera que se quedara otra noche más en su casa, de haberle hecho caso, de no siempre querer tener la razón, hubiera ido al hospital, nos hubiéramos dado cuenta a tiempo, y la beba estaría ahora entre nosotros. Tendría 18 años. Sería una muñeca, como su hermanita Lucía. Pero Lucía es diferente físicamente. Ella se parece a su abuela… a Oliva.
Tiene los mismo ojos, y cuando la veo bailar cómo me recuerda a ella… a Lucía Olivares.
Por eso quise que le pusieran así. Carmelita no me lo perdona, pero ella también vive con el remordimiento de conciencia. No se atrevió ni siquiera a quejarse del nombre.
No he podido dormir en los últimos meses de mi vida, sufro de insomnio. A mi edad, vienen los fantasmas a reclamarme mi pecado. Yo no había querido darme cuenta, que Dios ya no se complacía de mí, desde hace más de 40 años. De aquel tiempo hasta ahora, yo he querido ser mi propio dios, y el dios de todos. Yo encontraba consuelo en mi poder, en mi autoridad, en mi fama, en mi “gran familia”, en mi excelente profesión. Soy un miserable, tan miserable que debería estar en una cárcel o muerto. Pero, la muerte no es mala. Te hace descansar. Sin embargo, a mí ya no me espera eternidad, ya no me esperan cielos llenos de ángeles. Me espera el mismo infierno -si no es que peor-, del que ya comienzo a vivir en estos últimos días de remordimiento y juicio.
Yo tengo muy malas cuentas qué entregar a Dios, mi familia está vacía, cimentada en principios y moralidad falsa. Yo no supe hacer lo mío. Ni si quiera he sido un buen abuelo. No lo fui, no lo soy. Mi Pablito se nos está desvaneciendo, yo no hice nada para evitarlo. No he hecho nada, me siento tan sucio con mi conciencia, que no tengo ya valor para enfrentarme a los abismos de mi nieto.
Yo qué ejemplo puedo dar, qué clase de consejos puede dar un delincuente, un asesino como yo, un ladrón de inocencia.
Me siento solo, y a veces el recuerdo de Oliva me invade el corazón. Yo en verdad la quería. Hace unos años, quise volver a aventurarme. Y me enredé con una chamaquita de la facultad. La sigo viendo a veces, y seguimos haciendo el amor. Qué deprimido estoy y aun sabiéndolo, vacío a otras personas… su juventud, el futuro de esas inocentes criaturas.
Ayer fui a ver a mi buen amigo, Valbuena, que de bueno nunca tuvo tampoco. Está muy enfermo. Ya ni puede caminar. Sé que fui imprudente, casi lo hago morir de la impresión cuando le pregunté qué había sido de Oliva. No me pudo decir nada, empezó a toser y toser. Llegaron sus nietas corriendo, y me hicieron a un lado, me pidieron que no lo agitara, porque ya está muy débil el “doctor Valbuena”… doctor. Doctor… no merecemos tal título. Ninguno de los dos. Somos tan miserables e hipócritas al jactarnos de nuestra profesión. Su gesto y la impresión que tuvo ayer con mis preguntas, me reveló en seguida lo que yo ya me imaginaba. Y era en parte obvio, la instrucción que le dio mi esposa fue dejarla ahí, hasta que se muriera.
No he parado de llorar en mis últimas noches, Oliva hubiera sido una gran doctora… una gran madre. ¿Por qué? Por qué hice eso. Por qué me importó más mi estabilidad, mi absurda idea de conservar en bienestar a mi familia, y no crearme mala fama porque mi reputación era muy buena. Soy un miserable, me siento nada, poca cosa. Cómo participé en acto tan sucio… no, no me siento nada bien. Preferiría morirme a cambio de su vida. Pero ya una vez que se muere, no se vuelve a nacer. Eso lo se, desde que estudiaba medicina. Una vez que ya eras médico, jurabas luchar por la vida de un paciente. La vida… eso es, la vida de un a paciente. No la muerte. No, la muerte es la enemiga de todo médico, se lucha contra ella todos los días. A veces me pregunto, quién es el de la última decisión… la muerte, Dios, o uno mismo. ¿Quién dicta los días que debe tener una persona? ¿Quién decide el rumbo de alguien? ¿Quién elige el destino?
Yo, quise ser Dios, no conforme con enfrentarme a la muerte día a día como oficio, me convertí yo misma en ella, y decidí ser la muerte y ser Dios. Ahora pagaré mi penitencia, conforme a mis actos. El precio de la soberbia y el egoísmo es tan alto, que ahora Lucifer vive en un infierno. Entiendo, que ni tratar de ser Dios, ni ninguna otra creación ajena a mi naturaleza, me harán bien. Yo, soy ser humano. Tuve la oportunidad de limitarme a mis oficios, de humano… a mis actividades sencillas, a lo que Dios pide, y que no es nada complicado: “amarás a tu prójimo como a ti mismo, y a Dios sobre todas las cosas”. No, no es ni si quiera una orden difícil de entender… yo no la seguí, yo ni si quiera, valoré el amor de otros… yo, yo y yo. Yo y mi gran yo.
Cómo iba ese poema…
“…por eso parto, no espero, y así seguiré el camino, hasta convertirme en cero”… hasta convertirme en cero, hasta convertirme en cero, hasta convertirme… en cero.

Saturday, October 28, 2006


MONARCA
Podíamos volar, no lo hicimos. Era más fácil dejarse al olvido. Pudimos haber hecho realidad tantos sueños, nos empeñamos en dejarnos llevar por el destino. Pensé que nuestras coincidencias se tejieron por sí mismas, y la verdad es que uno es capaz de diseñar cualquier camino. Podíamos suspirar, no lo hicimos. Fué mas sencillo dejar todo al pasado. Somos seres tan capaces de reproducir nuestros anhelos, pero más capaces de encontrar la apatía. Imaginar no es tan difícil. A veces el vuelo requiere esperanza. Uno al principio no sabe por dónde se va, no basta la razón. Pero nuestra capacidad humana de amar, sí lo sabe todo. ¿Sería mucha la distancia entre los dos? ¿Faltaba mucho por recorrer en nuestra propia vida? Probablemente esas cuestiones sean ilógicas para la naturaleza. Podíamos amar con todo y por todo. No lo hicimos. No clamámos por nuestra, nuestra metamorfosis. Ambos podíamos convertirnos y transformarnos juntos. Los dos estábamos listos para emprender un camino de cambios. Un camino de batallas y consuelos. Nadie dijo que sería fácil. Cada etapa es difícil, y requiere de sus propios nutrientes para sobrevivir. Podíamos volar, no lo hicimos. Nos quedamos todo el tiempo, divagando en las distancias.
______________________________________________________________
Cada año la mariposa monarca visita los bosques oyamel de los estados de México y Michoacán.
El viaje hacia México es de unos 4000 kilómetros y dura aproximadamente 25 días.
Las mariposas llegan a nuestros bosques a finales de octubre y principios de noviembre.
La última generación de monarcas, que es la que realiza la migración, llega a vivir hasta nueve meses.

Tuesday, October 17, 2006



Memorias para borrar y reciclar. Novela (fragmento)

"… cuando uno logra imaginar el infinito, es cuando puedes entender que las cosas no terminan, simplemente evolucionan y se transforman armónicamente. Ojalá que nos pase lo mismo. Ojalá."Alu Pineda, Junio de 2005.

FRAGMENTO del Capítulo XXIII “El amor es una cosa que no se habla”

[...] Comenzó a caminar por otros rincones de la casa. Iba dejando migajas en el suelo. Por inercia, llegó a la recámara de Lucía. Abrió la puerta. Se sorprendió. Era un cuarto pintado con paredes rosas, muebles blancos con marcos de oro, pinturas fascistas y surrealistas. Libros, muchos libros. Había frascos decorativos con conchas de mar. Abrió una carpeta que estaba en la cama, y vio dibujos de cuerpos desnudos. Felipe miraba sorprendido, Lucía tenía talento. Se acercó al vestidor. Vio muchos sombreros, vestidos largos y holgados.

- Ella era más elegante… parece ser que han cambiado sus gustos.

Vio que había sandalias de varios colores y blusas de lino, morrales y bolsos grandes tejidos. Se acercó a la mesa de estudio y encontró paquetes de fotos que había tomado Lucía. Minutos más tarde se acercó a la computadora, revisó la música. Para su sorpresa, no había flamenco. La música en su mayoría era extraña para sus oídos.

- Qué excéntrica se ha vuelto...

Respiró profundamente mirando a través de la recámara lo que no conocía de Lucía. El olor comenzó a marearlo. Olía a incienso. Siguió vagando y revisó los libros que leía ella, y nada de eso se le hacía familiar. Abrió el cajón del buró, y encontró dos diarios. Uno estaba con llave y otro no. Buscó la llave por algún lado. Pero antes de abrir el que estaba cerrado, revisó el otro:

“Ayer me levanté tardísimo otra vez. Hoy cumplo 16 años y abro los ojos siendo las 5 de la tarde. Me la pasé toda la madrugada tocando la guitarra en el vestidor y fumando mota. El vestidor se ha convertido en mi lugar favorito para componer. Mi hermanita Lucía trató de despertarme para darme un regalo. Yo honestamente ni le hice caso porque eran las 8 de la mañana y a penas acababa de acostarme”.

Felipe cerró enseguida el diario.
- Es de Pablo, qué hace Lucía con el diario de Pablo...

Se quedó pensativo por unos segundos, y volvió a abrir el diario:
“Me encanta ver a Paulina cuando sonríe. Ayer le di un poema, y me dijo que le gustó mucho. Creo que estoy enamorado, algún día le diré lo que siento”.
Pasó otra página al azar y volvió a leer:
“Mi mamá rara vez me mira a los ojos, le da pena verme, o le doy tanta pena, que prefiere no verme”.
“Puedo a veces sentir que la muerte me espera tan ansiosa, y algún día terminaré aceptándola”.
“Me fastidia el mundo superficial, la gente que presume que es feliz, que vive las cosas con placer y no le importa el mañana.”

Felipe leía algunas páginas, pero no quiso leer más.
- Esto es contagioso.

Volvió a guardarlo en el cajón y después abrió el diario que estaba con llave.Era el diario de Lucía, y mientras lo hojeaba, se cayeron algunas fotos y cartas. Recogió las fotos y las miró. Todas eran de Antonio y ella. Las volvió a guardar en el diario y ya no quiso leerlo. Cerró el diario con llave y lo volvió a poner en su lugar.

Se sentó en la cama de Lucía y se acostó. En posición fetal cerró los ojos.Volvió a recordar a Lucía cuando era niña. Recordó el día en que la conoció. Por sorpresa, le vino un recuerdo más lejano: el día en que murieron sus padres. Se sintió melancólico y mientras iba recordando sentía ganas de llorar. Sus recuerdos retrocedieron más atrás, y el paseo de la memoria lo llevó a aquellos años de la infancia, cuando sus padres nunca se ocuparon de él. Siempre estuvo solo con sus abuelos, y el día en que fallecieron ambos, sintió un gran vacío. Recordó los días en que estuvo en los internados, lejos de sus padres. No tiene hermanos, ni conoce a sus primos, ni a sus tíos. Siempre vivió fuera de un núcleo familiar.Comenzaron a escurrirle algunas lágrimas.

Entre esas imágenes que se le venían a la mente, volvió a aparecer Lucía con su sonrisa. Volvía a sentir esos momentos tan latentes… como si apenas hubieran acontecido ayer. Veía el cabello de Lucía en el aire mientras la columpiaba en un parque. La miraba bailando flamenco, cocinando para él, sentándose en su piernas mientras él le susurraba al oído.

Felipe estaba ahí, con el olor de la cama de Lucía, llorando como un niño. Esas memorias que se le venían las tenía que desechar. Ya mucho de éso no volvería a vivirlo, y recordarlo era volver a vivir todo de nuevo. Se sintió triste, triste como cuando Lucía salió de México a Paris, sin avisarle que se iría. Él había llegado con la firme intención de quedarse con Lucía, costara lo que costara. Y si no pasaba eso, entonces se iría sin ningún dolor y nostalgia. Sin embargo, iba entendiendo que lo mejor era irse. Lo que él no esperaba, era que Lucía fuese la persona en la que únicamente él haya confiado, y por lo tanto era vulnerable a ella. Lucía sabía perfectamente lo vacío que estaba Felipe. La amaba, a pesar de que ella era muchos años menor que él. Pero el orgullo y la vanidad, eran más fuertes que su amor.

Abrió los ojos, se secó las lágrimas. Se incorporó y estuvo sentado un rato. Miró al suelo y vio un sobre tirado. Pensó que podría ser alguna de las cosas que se le habían caído del diario. No le dio importancia y lo dejó encima de la cama junto con las rosas que le había comprado a Lucía. Él no leyó, que al otro lado del sobre decía: “Para Felipe”. Recorrió por última vez el cuarto. Tocó cada superficie, como si pudiera tocar a Lucía a través de los muebles y las paredes.Cerró la recámara, tomó sus cosas que estaban en la sala. Echó un último vistazo… y se fue.

Saturday, October 14, 2006


" Sólo he sido una mujer con corazón de hombre ". María Félix

Memorias personales.

Ayer fue un día terrible. Lleno de estrés y confusión. Pero aquí estoy, lidiando con el día a día. Sin importar lo que pase sigo en pie. Fuerte como una roca. Sin embargo, es inevitable mi tristeza, mi soledad.
Traté de explicarme a mí misma, que las cosas pasan por algo. ¿Por algo? ¿Por qué? Quisiera entender.
Tuve un día difícil. Ayer fue un día de repetirme mientras me miraba al espejo: "De qué estás hecha".
¿De qué estoy hecha? ¿De barro, de plata, de rubí? De carne, hueso, sangre... ¿sentir?
Tengo mucho temor. Mucho temor que entre todo este tumulto de tragedias, no logre brillar mi luz al final de este año.
Me preocupo por tantas cosas, que no logro concentrarme. Enfocarme. Ésa es la palabra.
Pero temor a miedo. Qué me puede dar miedo. Nada, absolutamente nada. Nada me da miedo.
Con lo de ayer me bastó para darme cuenta que puedo ser más fuerte de lo que yo misma espero.
Hoy amanecí, temprano como siempre. Y me bañé, me vestí, desayuné licuado de avena con plátano, me colgué el estetoscopio, me puse la bata. "Allá vamos", me dije. Y salí de la casa como si nada pasara. Como si nada grave hubiera pasado.
Pero queridos amigos, lectores míos. Hoy es un día (que a pesar de las apariencias que logro proyectar), se torna melancólico a cada paso que doy. Hoy estoy de luto a mis días difíciles. No miento: ayer con la lluvia tan bonita, pretendía ponerles un post genial. LLeno de poesía, de amor, de cosas bellas. Pues porque ésta es, sí, la vida nuestra es, la historia más bella del mundo; porque se ha concebido desde el principio de nuestros días cavernícolas, de una manera poderosa y genial.
Porque es hermoso ver crecer a mis sobrinitos, porque es hermoso poder decir te amo, porque la pasión que uno lleva por dentro, en el cuerpo desnudo, en la belleza de nuestro espíritu y nuestra sabiduría y aprendizaje, nos hace maravillosamente humanos.
Pero por las mismas razones humanas, hoy me declaro en quiebra moral. Y deseo terminar este día, con una taza de chocolate caliente, abrazando los pocos días de mi madre, los que Dios permita que le queden, curarle sus heridas, animar a mi padre, checar que mi hermano esté tomando sus tranquilizantes, y avisar a mi amiga Dianne, que hoy no podré ir a la carne asada de la que toda la semana me estuvo hablando.
Hoy no quiero ser fuerte, fuerte como una roca. Siempre, de veras, siempre termino mis días con la frente en alto, y camino con aire vaporoso por las calles, la gente pensaría que no me hace falta nada en esta vida. Hasta tengo la mirada penetrante. Pero, hoy amigos lectores, tengo una mirada que en el fondo revela mi profunda tristeza y decepción.
Mañana... seguirá esta historia tan bella. Cualquier historia, la tuya, la mía... es bella hasta en sus más perfecto errores, desventuras, y tristezas. Ésa es la vida, la vida bella, la que tiene tropiezos, rasgaduras, pérdidas, muertes... porque se recrea a sí misma gracias a sus múltiples facetas. Así como hay tiempos buenos, hay malos. A veces no ocurre simplemente nada interesante.
Mañana, mañana amigos míos, será otro día. Nada nuevo, ¿verdad?

Tuesday, October 10, 2006


DULCE OTOÑO

Camino a la casa, miré hacia arriba. El cielo lleno de nubes oscuras. Hermoso.
Prometí cuando llegara a la casa, que te haría el amor. Que te llenaría de besos y caricias. Y que al tono de la lluvia, me iría quitando la ropa mientras subiera las escaleras, y ya al desnudo te sorprendería en la regadera, tocaría tu espalda con mi pecho, y bajaría mi mano entre tus piernas.
Con la lluvia imaginaria entre nuestros pliegues y besos, dejaría que nuestros sexos se unieran una y otra vez, resbalando tan adentro de nuestro cuerpo, que el eco de los gemidos ensordecería el tiempo, tanto que te olvidarías de tu cita, de tu trabajo, de tus pendientes... de todo, y no de mi.
Pero te encontré a medio vestir en la cama, con la intención de irte a bañar; pero el sueño te ganó y la almohada te llevó a otros mundos desconocidos para mi. Tu cara angelical me hizo abrazarte.
Te quité los zapatos, y te acomodé en la cama, y con destreza me acomodé en tus brazos para acurrucarme en ti.
Mientras veía hacia la ventana, la lluvia comenzó a caer tupida y revuelta. Respiré tu olor con agrado. Ya sabes que me encanta tu perfume.
Yo imité tu hábito y cerré los ojos. Traté de encontrarte en tus mundos, y comencé a soñar contigo.

Thursday, October 05, 2006

The nigh café- `I have tried to express with red and green the terrible passions of human nature Vincent.

Relatos personalizados...

"Terribles o no los placeres. Allá voy", me dije. Me paré de la mesa. Apagué la computadora. Saqué el pantalón color café oscuro. La blusa de seda verde otoñal con detalles dorados. Los tacones dorados. Y saqué del closet de mi mamá la bolsa color verde cón cobre, que tanto me gusta. Mi encantador otoño. Todo es mas bonito en esta temporada. Así que salí de la casa a las 11 de la noche con la firme decisión de olvidarme un rato de mis problemas. Sabía que tenía que leer dos capítulos enteros de gastroenterología, pero rara vez tomo decisiones de estas. Cabello recogido, aretes largos, por qué no. Maquillaje discreto, sombras color humo, pestañas con suficiente rimel, y un glos color perla tentador y discreto. Un poco de blush en las mejillas, y listo. Nunca me ha gustado maquillarme tanto. Así que bien perfumada, con mi nueva adquisición Very de Valentino; salí de la casa. Salí como que nadie se diera cuenta de mi desaparición. Shhh que no se oigan los tacones. Llegó el radio taxi, y "por favor lléveme a tal lugar".

Legué al caserón. Estaba atascado de gente. Mientras iba caminando, no podía dejar de ver el cuarteto de cuerdas fabuloso que estaba en el jardín de la lujosa casa. Casi me tropiezo, cuando comenzó mi melodía favorita: Tango, de Itzhak Perlman. No sé cuántas y tantas veces la escucho a la semana, pero era para mí un deleite volver a escucharla.. Me sentía joven, lo soy pero a veces mi vida rutinaria, me obliga a concentrarme en deberes y más deberes. Hace tanto que no volvía a esos ambientes. Me sentía extraña, y feliz. Buscaba por todos lados a mi amiga, cómplice de mis travesías. Y no la veía por ningún lado. Hasta que ví miradas que se deviaban a cierto lugar de risas. Claro ahí está. Me fui acercando a ella. Como siempre muchos hombres rodeándola y copas, y risas, y miradas furtivas. Exclamó MI nombre, se apartó enseguida del tumulto, y se acercó a abrazarme y a reclamarme que por qué tan tarde. "Estaba aburridísima" y yo le respondí: claro, se te nota lo aburrida que estás. Sonreímos y le elogié su vestido negro, y sus botas de tacón altísimo. Si yo no fuera tan alta, usaría esos tacones. Pero bueno... la gente estaba al lado de la fuente y la alberca. Yo no quise mojarme, y preferí entrar a una de las salas bohemias.

Ahí, ahí estaba un amor de antaño. El hermano del abogado encantador que en paz descanse, el anfitirón de la fiesta: Martín. Pensé: menos mal que no tengo clases mañana, y que puedo desvelarme con éste tipo hasta el amanecer. Pero Dianne Pineda, mi amiga, prima lejana, uña y mugre, se acercó primero. Se lo llevó, así nadamás sin avisar. Perfecto!

Me quedé sentada, me sentía triste. Así me había despertado, y así probablemente me tendría que dormir. Pude mirar lo feliz que estaba Dianne. El la miraba con mucho agrado. Ni si quiera me saludó. Para mi suerte, estaban tocando la de Nocturne en cello, de Tchaikovsky. Qué melancolía empecé a tener. ¿Qué yo ya no era parte de esa superficialidad, de modas, de copas, de gente popular? De dónde era, de qué parte, de qué extraño lugar. Me miré en el reflejo de una ventana: ¿Tendré arrugas? Me acerqué más a la ventana para mirarme de cerca, en el reflejo vi a Dianne con otra persona. En dónde estaría ahora el anfitrión codiciado.

Bajé las escaleras para volver al jardín, caminé un rato por ahí. Algunos ya estaban sumamente borrachos. Miré el reloj, una y media. Todavía no era muy tarde. Me dieron muchas ganas de irme a algún bar donde tocaran Jazz, o algún lugar donde pudiera jugar billar. Me sentí desesperada. Por qué ya no me podía divertir. Llegó por atrás Martín. Su saludo pegajoso en la mejilla y su bienvenida a la super fiesta, susurrandome con el aliento las palabras. Yo sonreí diplomáticamente, sin mucho agrado. Aunque ya el anfitrión por fin se había dignado a saludarme, no me sentía ni cómoda. "¿Te gusta? la fiesta linda? Está agradable la fiesta Martín, pero como que yo soy la que no está agradable. No me estoy diviertiendo. Se te nota. Por qué no vamos allá adentro, tengo que enseñarte algo que te va a gustar. Acabo de decorar mi estudio. Y me inspiré en algunos clásicos. ¿Quieres ver?"

Me ofreció su mano, y como niña en excursión me iba guiando. El ruido de la fiesta se fue apagando. Entramos y enseguida noté los muchos cambios que había hecho. "Martín, el estudio cambió mucho, ya no tiene la esencia de tu hermano. Claro que no la va a tener Alu, él ya murió. Ahora este lugar es mío, tiene que tener lo que a mí me gusta. Qué no te gustan estos Van Gogh. Sí, si me gustan Martín".

Justo el cuadro, verde-rojo, llamó mi atención. "Es curioso ¿no Martín? Cómo nos dejamos llevar por las pasiones con tanta facilidad. Los placeres tantas veces nos manejan como si fueramos... ¿Nada? No te tomes tan en serio la vida Alu. No te la tomes tan en serio".

"Tú crees que me la tomo en serio ehh. Pues por lo menos yo no tardo meses en organizar una fiesta, para poder demostrarle a la gente lo importante que soy. O para mantener la amistad de mis amigos. Yo ni si quiera hago fiestas en mi cumpleaños".

"Te resignaste solita a dejar tus ambiciones y codicias, porque preferiste la vida humanitaria y de una manera tan dramática, que hasta pensaría cualquiera que te quieres ganar el premio nobel de la paz. Sin embargo, bien sabes que en el fondo esta vida es la tuya y te gusta. A quién no."

Me senté en un sillón. Me recosté y me quedé mirando el cuadro de Vincent. "Tienes algo de razón, cada quien vive sus placeres y superficialidades a su manera. Cuántas veces me he sentido soberbia de mi propio conocimiento o sabiduría".

"Así es, pero cada quien también tiene su propia vocación, tú eres feliz con lo que haces, déjame a mí hacer lo mío. Estos son mis amigos, los que visitan mis galerías, mis tiendas, mis cafeterías. Yo no puedo quedarles mal. Muy pocas veces puedo visitarlos, o charlar con ellos. Así que trato de compartirles lo que yo tengo, y de qué mejor manera que ésta. Una fiesta no le hace daño a nadie, al contrario, se divierten, se quitan mucho estrés, pueden saludarse, entablar relaciones de negocios, cerrar acuerdos, enamorarse. Es el mejor momento para poder trabajar, y entretenerse a la vez."

Nos miramos, se acercó a mí. Mis ojos se estaban cerrando. Me tomó de la mano, subimos unas escaleras, entramos a su recámara. Me acomodó en la cama, me quitó los zapatos, me tapó con una colcha enorme y suave. Me puso más almohadas. Me ofreció unas cajas para los pupilentes y líquido, me quité los pupilentes. Me dió un beso en la frente. Comenzó a apagar las luces.

Se acercó a mí: Alu, descansa. No tenías por qué venir. Yo entiendo tu ritmo, y entiendo tus ideales. Así que lo que usted tiene que hacer es descansar, porque está en exámenes. Acuérdate que cuando esté viejito tú me vas a curar y quiero que me cures bien."

Se sentó al lado de la cama. Y esperó a que me durmiera. Yo la verdad tenía mucho sueño y no tardé en quedarme dormida.

Dianne me habló al celular hoy en la mañana y me contó todas sus aventuras y ligues. Yo sonriente la escuché y claro, me reclamó por qué me había ido de la fiesta. En realidad yo seguía ahí pero dormida.

"Aluuu para qué te ibas, justo cuando te fuiste empezó lo bueno, el cuarteto se retiró y pusieron música para bailar, todo mundo se puso en ambiente, llegó más gente, había un chooorro de chavos guapos, estaban casi todos nuestros amigos, solamente faltabas tú"

Saturday, September 30, 2006


En la entrada y salida de mi meditación:

Estás tú. Y no puedo en realidad concentrarme.

En cada pensamiento. Distante y cercano. Tú...

DESNUDO.

SORDO.

MUDO.

Mi tacto, en tu tacto. Y huelo a tí, después de recordarte.

De pensarte, estás.

En la salida de mi meditación, después del orgasmo recordado,

sin remedio... Aquí.

Aquí sigo, y con la sábanas en blanco, sin el sabor de tus labios.

Me quedo mirando a la nada. Tu risa se escucha en mis pechos.

Salgo aprisionada, de las escenas de un pasado. Porque hubo un pasado.

Después de tanto pensarte, ocurre el esfuerzo por el olvido, y entonces...

Qué descanso a mi mente.

Qué alivio a mi alma.

Pero es temporal, pues al no quedar nada, el anhelo continúa.

Permanece en mis manos el calor del recuerdo.

Miro mis dedos con fluidos solitarios. Sin mezcla, sin sudor.

Fluidos sin sonido, sin armonía de curvas.

Sin la flauta mágica. Sin el ir y venir.

Un orgasmo así, no cuenta.

Cuenta, pero no es lo mismo.

Después de meditar,

siempre llego a la misma conclusión:

No faltan sensaciones.

No faltan las memorias.

No faltan los recuerdos...

FALTAS TÚ.

Monday, September 25, 2006

ADAGIO

No sé donde encontrarte. No sé cómo alcanzarte.
Escucho tu voz en el viento, te siento debajo de mi piel.
Con mi corazón y mi alma te esperaré. Adagio.

Todas estas noches sin ti...
Todos mis sueños te rodean...
Te miro, toco tu rostro y caigo en tus brazos,
cuando el tiempo sea el correcto yo sé que estarás en los míos. Adagio...

Cierro mis ojos, y encuentro una manera de alcanzarte.
No necesito rezar.
Caminaré tan lejos como pueda,
y lucharé fuerte hasta encontrarte.
No hay nada más que explicar, todo está de sobra.
Escucha mi piano que toca.

Si tú sabes dónde encontrarme.
Si tú sabes cómo alcanzarme.
No dejes que mi luz se apague.
No permitas que pierda la fe.
Sé la persona en la que pueda creer.

Hazme creer, hazme creer en ti.
Hazme creer que nunca te irás.
Adagio...

Friday, September 22, 2006

De sorpresa.

Y bien.
Me alegro por tí.
Digo, si no hay otro sentimiento más diplomático que ése, pues entonces repito:
qué felicidad por tí.
Además, es razonable que si tú y yo habíamos quedado como amigos, yo tenga que alegrarme de tu nuevo enamoramiento.
Resulta que... yo no estoy feliz, pero debo.
Sin embargo, no concibo que hace un mes tú y yo hablábamos de posibilidades.
Ahora efímeras.
Pues sí. Entiendo que la vida es una, y que hay que vivir nuevas cosas. Conmigo hubieras tenido que esperar un poco más para ir a la cama.
Yo estaba espaciando al tiempo y preparando las circunstancias. Quería recibirte en el corazón de la manera más pura posible.
Ni modo. Tú me fallaste de impaciente y preferiste otro amor. Y lo acepto.
¿Qué acaso no es más prudente que el tiempo borre amores pasados?
El obstáculo de nuestra unión consistía en que yo prontamente me decidiera por alguien. Lo hice ¿no? Solamente que a mi tiempo y destiempo. ¿Fue ésa mi equivocación? Al fin y al cabo me decidí estar sola, sin nadie, ni nada.
Era cuestión de esperar. De que el futuro nos deparara exclusividad mutua, en mente, cuerpo y corazón.
Es en parte triste. O muy triste. Tú no entiendes de ésa ética necesaria en el amor. Es decir, no acostumbro usar a las personas para olvidar, ni pretendía que fueses mi nuevo amor de camaradería.
Te fastidiaste de nuestro prolongado cortejo.
Te diste cuenta de nuestras diferencias en escala de valores y necesidades.
Preferiste entonces, cual papel arrugado, tirarme a la basura y decir: "Es cosa del pasado"
Te informo con melancolía, que yo sí te estaba tomando en serio. Tan en serio que ya imaginaba paisajes contigo.
Y como ahora tengo que decirte: AMIGO, cómo te va con ella. Cómo quieres que sea sencillo para mí.
Simplemente todo esto, me ha dejado noqueada.
¿Que si estoy enamorada? Tú qué crees.
¿Que se han invertido los papeles?
Nunca. Estoy acostumbrada a que la vida me de sorpresas.
Tú y yo solamente podíamos ser dos cosas: amantes o nada.
Pronto te olvidaré, pues hay una lección que he aprendido bien en esta vida: No se puede obligar a nadie a que te ame, ni te pueden obligar a hacerlo.

Saturday, September 16, 2006

Carta al arquitecto:
He estado esperando a que vengas a remodelar mi casa. Mi casa de tres pisos. Y te voy a explicar qué está pasando en cada uno de ellos, para que vengas a arreglarlos pronto.
El primer piso tiene dos habitaciones, que últimamente tienen muchas goteras. Las pintaron de color café, y por la mañana abro las cortinas para que el sol las ilumine. Las cortinas son de seda negra, largas con pequeñas curvas al final, como de adorno y encaje. Por la noche cierro las cortinas y las habitaciones se vuelven oscuras, tan oscuras que viene la lluvia y las goteras las empiezan a mojar. He tratado de que estas goteras no echen a perder el color café y marrón tan hermoso de las paredes. Pero, viene esta lluvia melancólica, y gotea, y gotea. Porfavor, ven a arreglar las goteras. Ya han goteado demasiado.
Despues está el caminito con dos huecos al fondo, que lleva al cuarto color carmesí. Este es un cuarto muy hermoso, de mis favoritos. Quisiera mi querido arquitecto, que vinieras a quitarle un poco de carmesí al cuarto. Quizá al natural se vea mejor. Pero deja la textura de las paredes igual, son tan suaves que da tentación besarlas todo el día.
Te acuerdas que en el techo del primer piso, hay un tejado de cabellos brillantes que acarician como el viento. Ultimamente estan inmersos, quietos, inmóviles. No sé tampoco que le pasa a este techo, pero si fueses tan amable de arreglarlo y acariciarlo, haber si así vuelve a tener el movimiento que antes tenía.
Ya sabes que las puertas laterales siguen abiertas, y prestas para escucharte venir.
Luego el segundo piso. Sigue igual que como lo dejaste pero ahora muy solitario. Necesito que le eches una manita a este piso. Siento que debo de quitar todo lo que lo decora. Cuando vengas déjalo vacío y aprecia cada esquina y cada espacio. Quizá coincidamos que sin tanto adorno se ve mejor. El corredor de en medio sigue perfecto ya que separa las dos habitaciones curveadas que diseñaste de una manera muy sensual. Te pido que vengas a darles aun más forma, quizá entonces se sientan con más calor de hogar y no tan frías como ahora.
En el centro del piso firme, que puliste hace tiempo, sigue existiendo hasta abajo, el mismo hueco de siempre. ¿Qué así tiene que ser o en realidad se te olvidó taparlo?
Sigo sin entender porque no me siento bien en los pasillos laterales del segundo piso. Se la pasan rectos, inmóviles. Ya no sirve el botón que los movía. Cuando estoy ahí, me siento hasta vacía, como si no tuviera nada en las manos, nada que dar, ni recibir.
¿Crees poder hacer algo al respecto?
Y bueno, por último el piso más difícil de todos pero el más tentador, el tercero. Es fácil bajar al tercer piso, pero difícil subirlo ¿no crees? Yo recuerdo que lo bajabas y lo subías con mucha destreza. Te quedabas largo rato en el centro de la habitación, buscando surcos, probando la textura y el sabor del suelo. Nadie hasta ahora ha bajado al tercer piso. Y te he estado esperando para que lo termines. Prometiste que algún día vendrías a explorar la parte trasera del piso conmigo. Quedaste en que dejarías a desnivel el suelo de la parte trasera. Que porque así te gustaba... curveado y firme.
Luego quise explorar el terreno valdío del tercer piso, descubrí que desde abajo se tiene una perspectiva increíble de la casa, en todo su esplendor. Dos caminos largos y hermosos, me llevaron a otros 10 caminos aún mas curiosos. El regreso es bastante interesante y cansado, pero vale la pena volver a la matriz del tercer piso. Caminos escondidos se encuentra en la matriz, en el centro de este piso maravilloso. Pero quiero que vengas a hacer tus arreglos pendientes. Dijiste que encerarías el suelo de los dos caminos principales. Que probarías a meter una que otra mano a la matriz, haber que se puede hacer. Y que si tenías tiempo, moldearías a tu antojo la entrada principal del tercer piso, metiendo y sacando el material adecuado.
He estado esperando a que regreses. Ya quiero tener lista mi casa, tu casa. Además cada espacio tiene tu mano, tu huella, tu esencia... No cabe duda que mi hogar te extraña todos los días. Y cada día más y más.

Saturday, September 09, 2006

AMOR DE SECUNDARIA

Trato de recordar las letras esas, de tan triste, de te extraño, de sálvame, de tan solo, de tan malo, de tan vago, de te adoro, de no poder, de impotencia, del adiós, de profundidad, de herida, de pasión, de euforia, de tanta entrega, de tal drama, de caramelos, de chocolates, de risas, de rosas... de idas al cine, de la tardeada... del rol... de la emoción que me daba cuando veía a esa personita tan pequeña, tan joven, y ya me robaba horas de concentración, de sueño, de paz, de estabilidad. Que bueno que se me acabó la ilusión de tal manera. Fue divertido mientras duró. Todos tenemos una historia novelesca qué contar, donde la fantasía era la protagonista de todas las cosas.... de todo.

Sunday, September 03, 2006

S E N S U A L S E N S U A L S E N S U A L S E N S U A L S E N S U A L S E N S U A L
Lo es, en toda su escultura. En toda su línea, en sus puntos claves de curvatura y redondez.
Lo es, porque sabe besarme. Porque no mete la lengua por meterla, ni abre los labios por abrirlos.
Porque sabe quitarme la ropa con los ojos. Porque sonríe con timidez y picardía. Porque sabe cuánto me gusta que me enseñe tan poco de su piel, e imaginarme que hay debajo de su ropa.
Qué me ofrece. Todo y nada. Un poco de su aliento, y luego me mata. Un poco de su cálida piel, y luego me enfría.
Lo es, lo sabe. Por cómo camina, por cómo habla. Por la voz ronca, suave, espumosa que suelta detrás de mi cuello.
El hielo se derrite entre sus piernas... la miel es amarga en sus labios. Cuando se acerca a mi, y me rodea con sus brazos, pone mi piel caliente, brava... a la deriva.
Deseo, deseo y más deseo. Cuando concluye el día, no hay cosa más bella que tener su cuerpo y hacerlo mío antes de tocarlo.

Wednesday, August 30, 2006

Ausente en la explanada mental.

Blanco. No hay color más detestable que el blanco. Cuando pienso en blanco, vislumbro claramente los detalles, las esquinas, la cicatriz, el lunar, el pubis, las cortinas entre abiertas, el plato vacío, el salón vacío, la mañana, el calor, las nubes sin pasatiempo, la cárcel de las risas locas y desenfrenadas.
Blanco de hipocresía, de falsedad, de ocio, de amanecer.
Detesto el blanco.
Detesto este blanco, que hace perdida mi mirada, que abre mis ojos sin rumbo, que me hace pensar en lo pensado, que recicla mis memorias con prolongación excesiva.
Blanca mi mente, como una explanada, como un campo abierto, donde tengo que recorrer cada uno de mis recuerdos y pasatiempos.
Como perspectiva al macro, me encuentro parado en este espacio enorme, soy un punto negro en todo esto que es tan blanco... tan blanco. Como mis ropas, como esta mesa, como la enfermera... cómo se llamará... será un ángel... será mi imaginación... qué tiene en la mano. Claro... es un frasco blanco. Contiene pastillas. Apuesto que son blancas.
Blanco, blanco hasta que muera. Hasta que me dejen de visitar.... hasta que ya no haya nada que inventar, hasta que se me olvide que fui. Que fui alguien.

Wednesday, August 23, 2006

Un lobo me dijo:


"Niña anhelo cada una de tus palabras,
tus palabras de ensueño,
ensueño y deseo.
Deseo el anhelo
de tu aliento y de tu piel"


No respondí... y luego replicó:

"Sabes cuánto me gustaría darte un beso"

¿En serio? Le pregunté. ¿Por qué?

"Me nació en este momento"

Y cómo me lo darías... le dije.

"Apasionado y en la boca"

¿Con los dientes, con la lengua?

"Así es... recorrer toda, toda tu linda boca..."

¿Y qué mas lobito?

"No sé... solo cuando te dejes dar ese beso podré decírtelo"

Monday, August 21, 2006

Sin remitente.
Quería pensar en las últimas cosas que haré antes de morir. Pronto quizá, quizá antes del cáncer o de alguna otra enfermedad. No siempre será la metástasis, a veces preferiría morirme de risa, de amor, de tristeza...
Cuando estaba pensando en mi última lista, o en la carta de aclaraciones sobre eutanasia, pensé en tu abrazo, en tu último abrazo.
No pude imaginar en tanto tiempo, el llanto que entonces, tendría al dejarte.
Aún tengo la sensación distante, y la cercanía del adiós.
Sólo quería decirte, que estás siendo en estos últimos días, el amor más sufrible que he tenido. Quizá porque pronto te diga hasta siempre, y porque realmente me he enamorado de ti.
He querido sentirte más intensamente en estos días. Pensar en que hoy será el último instante, me hace valorar cada detalle de ti.
No podré ni si quiera hablar cuando te vea. Me dices tantas cosas, y yo solamente quiero admirarte.
Tampoco quiero imaginarme cosas grandes contigo. Ni paseos, ni viajes, ni boda, ni hijos.
Solamente quiero imaginarte en tu manera más sencilla posible. Extasiado en mis brazos, desnudo como me gustó conocerte.
Efectivamente no hemos llegado al 100% del conocimiento mutuo. Me basta con lo que he tenido para verte. Me basta con la música que hemos compartido. Guardaré cada palabra que salió de tu boca. Guardaré tu aliento, tu sexo, tu baile en las colinas.
Besaré cada beso, probaré cada gesto. Y como no sé si hay dios, o escalas de infierno, no me importa a quién rezo. Espero entiendas que estos deseos que imploro, significan que a mi muerte, vuelvas a enamorarte...Y no de mi.

Saturday, August 12, 2006

Cumpleaños feliz
Es el cumpleaños más raro que he tenido. Me fui a la cama sin que me hayan felicitado varios de mis mejores amigos, a pesar de que incluso a algunos me los encontré en el elevador o en los pasillos. También me acosté ayer pensando por qué dos de mis hermanos no me felicitarían.
Seguí pensando otro rato. Luego recordé que mi abuela materna estaba de visita en Monterrey, y ella es de Xalapa, Ver. Por qué entonces no aprovechó por lo menos a echarme una llamadita.
Seguí pensando en el día. Rola y Vince, por lo menos me invitaron a un Café un par de horas; suficientes para hablar de cosas triviales, de viajes y de política (nada raro en estos días hablar de pseudo-política, por aquello de los malos argumentos, y las vagas nociones de términos políticos y económicos). Después de haber escuchado de que el PRD y sus cosas ilegales sin demostrármelo en artículos o leyes. Regresé a mi casa. A la cama, temprano.
Pues de eso estábamos platicando, de que estaba en la cama pensando sobre el día de ayer. Perdón, es que se me va la onda.
Y entonces, me vino a la mente que comí comida japonesa, gracias a la invitación de Raúl. Y el corazón latió feliz. Me vinieron a la mente las felicitaciones de mis papás, y de sus deseos para el nuevo año.
Confiezo tmb. que pensé negativamente hacia los que se les ocurrió hablar tardísimo, con excusas tontas. Y de aquéllos que ni un mail, ni una llamada al cel, ni un mensaje.
También me dio gusto que pasé un cumpleaños raro, sencillo, solitario. Me dio gusto porque era un cumpleaños, quizá el primero que paso, de un ser adulto que está semi- ocupado, y que sabe pasarla con un mini- pastel de chocolate, a las 9 de la noche, viendo tele, y lléndose a dormir temprano. Sí, el día de mi cumpleaños, sin globos, sin 20 felicitaciones mínimo que recibía cada año. Sin fiestas, sin carnes asadas, sin música alta, sin arreglarse, o plancharse el cabello, porque hay que arreglarse el día del cumpleaños, y perfumarse mucho por si te felicitan.
Aunque sí me perfumé, este año no pensé, no presentí, no esperé a ciencia cierta, que más de 10 personas me felicitaran. Sabía que terminaría acostándome temprano, y así fue. Por lo menos este año, nadie me avisó que alguien había muerto, como el año pasado. Por lo menos no tuve que esmerarme en despertar y saber que ya tenía 21 años. Que de lo bueno, poco. Y que no tuve que dejar los chorrocientos capítulos de endocrinología para en la tarde de hoy, porque como ya les había dicho, no tuve que celebrar nada, estudié por la tarde de ayer y dormí como un ángel nueve horas seguidas y merecidas.
Felicidades a mí.

Saturday, August 05, 2006

El airecito

Fui al centro, hace tanto que no iba al centro. A Morelos más específicamente. Anduve caminando entre las personas. La calle estaba sucia, demasiado sucia. Había helados chorreados en la banqueta, y aroma a golosinas y comida grasosa. La gente estaba animada, sonriente, jacarandosa... Y yo andaba ahí, con mi papá, mirándo lo que él miraba, pensando las mismas cosas. Enojados por las mismas cosas, con la cara de pocos amigos.
Hasta que empezó a soplar un viento fresco, y salimos del tumulto. Nos fuimos a la Macro Plaza, de chiripada oímos a los perredistas que estaban transmietiendo el mensaje del líder de cabellos plateados, que hablaba desde la ciudad de México.
En la misma Macro Plaza, a pocos metros estaba un concierto de rock- metal. Mientras escuchaba el mensaje, miraba con atención a los valentones de botas negras, maquillaje oscuro, y caminar agresivo. Ellos iban en otro mundo, en otra conexión de este mundo, y fuera de la realidad amarilla- roja, que estaba gritando: ¡voto por voto!, ¡voto por voto! Y por supuesto, fuera de la realidad de los que se reían de la señora con micrófono y playera amarilla, la que cantaba el himno nacional.
Mi papá entonces me dijo: es momento de guardar silencio, es momento de la discresión. Mira como si no miraras, y disfruta este paseo.
Nos paramos dejando atrás el ruiderazo de los metaleros, y el gritillo izquierdista; lo tomé del brazo, y nos pusimos a platicar de aquellos tiempos en que me llevaba a andar en bicicleta, cuando tenía a penas 8 años. De repente mi mente flotaba hacia Los Tecaxetes, de Xalapa, Ver. Con ese airecito que golpeaba el rostro, yo disfrutaba mis años de inocencia, andando en bicicleta, brincando encima de algún montón de hojas secas del parque de los Tecaxetes.
Estábamos ya tan indiferentes a todo, que hasta nos valió gorro regresar a la calle de Morelos, y comernos un helado, entre el tumulto de la gente. No nos importó la mezcla de olores, de pieles, de cuerpos, de facciones, de aguas encharcadas. Y hasta nos supo bien el helado... nos supo bien la vida. Todo nos supo bien.

Wednesday, August 02, 2006

Recuerdos Dorados
Ayer que recordé cuando mis sobrinas me cayeron encima dándome almohadazos, y una me jalaba el pelo mientras reía, y la otra me decía: yo te protejo (aunque en realidad sus patadas de defensa sin querer me caían a mí); mientras yo la protegía de que no le cayeran los juguetes a ella que aventaba mi sobrino; recordé que me dijo entre el relajo un leve y silencioso: te quiero. Y seguimos defendiéndonos de los ataques de los mutantes (mis sobrinos). Y ella entre la corretiza me jalaba del brazo y me decía de nuevo: tía te quiero. Pero mientras bajábamos las escaleras, no oyó mi sí, hasta que se paró a media escalera y gritó: ¡¡¡¡Alma te quiero!!!! Y me extendió sus brazos, me la puse en la espalda, y le dije: yo también Sari. Seguimos escondiéndonos de los mutantes... hasta que llegó la noche y nos cubrió de sueño.
Y decidí guardar el recuerdo en el cofre de oro que tengo en mi memoria, por si me vuelve a inundar alguna tristeza o inquietud, ya tengo más material para seguir existiendo.

Wednesday, July 12, 2006


Empezando, a entender la edición de un blog.