Llorando, aquí me encuentro.
Llorando, aquí te espero.
Llorando aquí te pienso.
Llorando aquí te escribo...
Llorando aquí ... aquí te olvido. Al menos eso intento.
Lágrimas de Seda:
Mis lágrimas son como de seda. Suaves y sutiles.
Se desvanecen solas, y van cayendo entre mis dedos.
Son como un delirio que roza mi piel.
Son la locura, la muerte, la vida, la eternidad.
Mis lágrimas son como de seda. Finas y espontáneas.
Sobresalen cuando pienso en ti y en la soledad lúgubre.
Acarician mi rostro como si fuera un consuelo.
Las veo caer sin prisa y el aire las desvanece.
Mis lágrimas son como de seda. Claras e inocentes.
Se asoman en mis ojos sin saber lo que sucede.
Salen al llamado de mi corazón triste o animado.
Hoy han salido con tu nombre entre mis brazos.
Mis lágrimas son como de seda. Exquisitas y únicas.
No se venden, no se compran por cualquiera.
Son sensuales en su momento, y melancólicas a menudo.
Dan descanso a mi alma, y reprimen mis adentros.
Mis lágrimas son como seda. Irrepetibles y excéntricas.
Solamente un ser humano puede lograr entenderlas.
Son una ofrenda de amor en tiempos como éstos.
Son el resultado de la desesperación y la agonía.
Mis lágrimas son como seda. Cotizadas y aclamadas.
No cualquiera las tiene, y no cualquiera las produce.
Valen más que el oro y el diamante juntos.
Visten de honores al amor que te tengo.
Mis lágrimas son como de seda. Hermosas y adorables.
Su naturaleza ha sido muerta, por siglos incomprendidas.
Como el amor que te tengo, es inexplicable.
Han tocado sin preguntar cabida. Te las entrego hoy.
Ya no las quiero.