Sunday, March 25, 2007


Tirana.


Le dicen. Lo es.

Abusa, extorsiona. No le importa.

Miente. Es falsa. No sabe qué es amar.

Da por montones, y luego te quita más de lo que da.

Te deja al olvido. Te pide prestado, y nunca te paga.

Es, ella es. Su conciencia no sirve.

No le remuerde nada. Se autoperdona.

Se tiene lástima, se cree perfecta.

No sabe llorar en público.

Solloza muy adentro de sí.

Se muestra dura. Se sabe hermosa.

Ella me ha hurtado.

Ella visita el corazón de todos.

En ninguna casa habita su alma.

Vuela de flor en flor.

Se da a respetar, pero no respeta.

Ignora. Olvida.

Domina. Es apasionada.

No existen mis derechos sobre su voluntad.

No sabe pedir disculpas. No se percata de su mal.

Hace su voluntad a toda hora. No conoce las reglas.

Impone tortura. Sabe castigar.

Domina mis ánimos y mi entendimiento.

Ella solita se engaña. Ella cree saberlo todo.

Tirana: me arrastras.

Tirana, tengo que decirte una cosa: tu me odias, yo te amo.

Tú tirana mía, has sido lo más bello que he encontrado.

Y por supuesto, el dolor más profundo de mi alma.




Saturday, March 10, 2007


Era un jueves gris, llovía....


Será que la flama se apaga. Será que mi vida se acaba.

El murmullo de la noche me golpea. Me deja morir.

Nadie escucha, nadie comprende. Quizás en otros versos ...

El pasado se entrelaza en mi futuro, me reclama la pérdida de tiempo.

Te has llevado mis anhelos, mis ratos mas ociosos.

Yo estoy como un tonto, esperando a raptarte.

Robarte aunque sea una rosa de los labios, un suspiro...

Algún día podré decirte cuánto me importas, hoy no.

Hoy estoy sentado, rendido. Apagado como el sol al atardecer.

No amanecen las mañanas. Mi dolor crece y no estás.

Cuánto tiempo he perdido, dime cuánto te has llevado.

Cuántas horas se quemaron, ni cenizas me quedaron.

Podría barrer el plomo de los suelos, pero todo se esfumó.

Has huído de mí, explícame por qué. Por qué tu amor voló...

Mis huesos crujen, truenan al andar. Nada me queda...

Me queda solamente el recuerdo. La ironía de estar solo.

Nadie desea estarlo. No me da coraje eso, sino mi actitud, mi pobre actitud.

No hay humillación en perderte, hay humillación en perderme.

No es que me duelas tanto, es que yo mismo me aniquilo.

Ya en otros tiempos te he pedido que me mates. Desde cuándo lo hiciste.

No me di cuenta, no supe cuándo me heriste. Cuándo me dejaste aquí sentado.

La pérdida del tiempo, en tus abrazos. Me costó cara tu venida.

Nadie me devuelve el tiempo, el dinero, el amor a tu salida.

Más tonto no podía ser, que sentirme tan pequeño sin ti.

Pequeño ya era, de eso estoy seguro. Nadie vale tanto para perder la dignidad.

Pero lloro a veces. No miento. Y me doy cuenta con burla de mi realidad.

Es entonces cuando me digo: mi querido amigo... ERES UN BARATO.