
Tirana.
Le dicen. Lo es.
Abusa, extorsiona. No le importa.
Miente. Es falsa. No sabe qué es amar.
Da por montones, y luego te quita más de lo que da.
Te deja al olvido. Te pide prestado, y nunca te paga.
Es, ella es. Su conciencia no sirve.
No le remuerde nada. Se autoperdona.
Se tiene lástima, se cree perfecta.
No sabe llorar en público.
Solloza muy adentro de sí.
Se muestra dura. Se sabe hermosa.
Ella me ha hurtado.
Ella visita el corazón de todos.
En ninguna casa habita su alma.
Vuela de flor en flor.
Se da a respetar, pero no respeta.
Ignora. Olvida.
Domina. Es apasionada.
No existen mis derechos sobre su voluntad.
No sabe pedir disculpas. No se percata de su mal.
Hace su voluntad a toda hora. No conoce las reglas.
Impone tortura. Sabe castigar.
Domina mis ánimos y mi entendimiento.
Ella solita se engaña. Ella cree saberlo todo.
Tirana: me arrastras.
Tirana, tengo que decirte una cosa: tu me odias, yo te amo.
Tú tirana mía, has sido lo más bello que he encontrado.
Y por supuesto, el dolor más profundo de mi alma.